Aunque afortunadamente este año no hemos leído ninguna noticia de rescates a montañer@s por infarto, cada año suele haber algún caso. Hay una tendencia a pensar que son "eventos inevitables" pero lo cierto es que cada año que pasa somos todos un año más mayores y no conviene resignarse a considerar como accidentes inevitables esos desgraciados eventos cardiovasculares.
Es evidente que el mensaje que debemos intentar transmitir a los que se están iniciando en la actividad no es el mismo que el que hay que dirigir a los que llevan toda la vida practicando actividad en montaña, aunque tienen algunos puntos en común:
- A mayor edad, más probabilidad tenemos que nos suceda un evento cardiovascular
- La montaña como medio hostil: la posibilidad de sobrevivir a un infarto está directamente relacionada con tiempo de espera en que puede atenderse este evento, y en montaña este tiempo de espera es siempre dilatado
- Realizar de manera periódica un chequeo médico para evaluar nuestro estado de salud cardiológico y detectar cualquier problema
- Ajustar el esfuerzo físico a nuestra trayectoria en montaña (experiencia) y forma física de ese momento
Alguien que con más de 60 años lleva "toda la vida" realizando actividades en media y alta montaña sin duda estará en forma y sabe a lo que se enfrenta, pero también debe ser consciente de que su cuerpo cumple años y debe prestarle atención para asegurar todavía más años de actividad montañera.
La entrada de Montaña Segura sobre Infartos y montaña: ¿se puede trabajar la prevención? nos ofrece información y pautas para afrontar con mayor seguridad una eventualidad de esa índole.