Hoy, con profunda tristeza, nos despedimos de Pepe Díaz Ibáñez, una de las figuras más grandes del montañismo en Aragón y una persona insustituible en la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM). Pepe nació el 17 de diciembre de 1928, y su vida estuvo marcada por una pasión inquebrantable por el montañismo y un compromiso eterno con la comunidad que lo rodeaba.
Fue el primer presidente de la FAM, liderando su crecimiento desde 1963 hasta 1970, y cimentando las bases de lo que hoy es una de las federaciones más potentes de España y referente europeo. Su dedicación no terminó allí, sino que continuó siendo un pilar fundamental para la FAM a lo largo de todos estos años en los que siempre nos ha acompañado y apoyado.
Pepe no solo fue un destacado dirigente, sino también un alpinista excepcional. Fue compañero de cordada de los míticos Rabadá y Navarro, con quienes abrió la histórica vía Las Brujas en el Tozal del Mayo. Hoy, en su honor, compartimos un enlace al vídeo de la ascensión. Además, lideró la expedición aragonesa al Baruntse en 1980, una montaña de 7.220 metros, marcando el inicio de la trayectoria del himalayismo en nuestra región.Como presidente de PRAMES y director de la estación de esquí de Formigal, Pepe dejó una huella imborrable en cada rincón de los Pirineos. Su legado no solo es el de un gran montañero, sino el de un hombre que, con su presencia y su humildad, supo ganarse el respeto y el cariño de todos los que tuvieron el honor de conocerlo.
Pepe compartió su vida con Mª Pilar, una mujer igualmente comprometida con el montañismo, en unos tiempos complicados. Juntos, fueron una pareja de gran valía, que siempre caminó por la senda del montañismo con pasión y con una visión clara de lo que significaba formar parte de una comunidad unida por una misma pasión. Sus hijos, todos ellos, han heredado este respeto y amor nuestro deporte.
Hoy decimos adiós a uno de los grandes, un hombre cuya grandeza no solo se medía en sus logros en la montaña, sino en su bondad, su generosidad y su incansable dedicación al montañismo aragonés. Pepe, querido amigo, dejas un vacío difícil de llenar. Tus amigos y compañeros de la FAM te extrañaremos y siempre te llevaremos en el corazón.
Descansa en paz, Pepe. Gracias por todo lo que nos diste a todos los montañeros aragoneses