La XXIX Cena de la Montaña distinguirá este año a Alegría Barri Sampériz con el Premio Federación, que reconoce toda su trayectoria deportiva. La Federación Aragonesa de Montañismo ha destacado especialmente su expedición a los Andes de este verano, así como la unión de su pasión por la montaña con su compromiso y responsabilidad en el Club Montisonense de Montaña, del que es presidenta.
Pregunta.- El Premio Federación te reconoce como “referencia en el montañismo aragonés”, ¿qué es para ti el montañismo?
Respuesta- Pues el montañismo prácticamente forma parte de mi vida, es mi terreno habitual, por decirlo de alguna manera; como mi segunda casa. Llevo prácticamente toda la vida haciendo montaña, desde los veintitantos años, porque en mi época era menos habitual que los padres fueran con los hijos al monte; pero me enamoré enseguida de la montaña. Primero haciendo senderismo, luego con el alpinismo y la escalada y realmente quedé enganchada. Yo el día que no puedo hacer deporte en la montaña no sé lo que me pasará, pero voy a sufrir bastante, porque lo necesito.
P.- ¿Cómo es tu relación con la montaña?
R.- ¡Es que coges el coche y en una hora, o en menos de dos, ya estás ahí! Prácticamente todas las semanas estoy en la montaña dos o tres días, y a veces, pues, me pego ocho o diez días seguidos, y tras tres o cuatro de descanso vuelvo otra vez. El montañismo engancha y cada vez quieres más. Te vas a hacer una cumbre y, desde allí, estás viendo aquel otro pico, qué buena pinta; buscas información a ver por dónde subir y siempre estás sumando excursiones. Lo importante es que no falten los proyectos, que tengamos siempre ilusión y que lo intentemos, porque es la única forma, por difícil que nos parezca, ¿no? Hay que ir a por ello siempre.
P.- En especial se destaca para el premio tu expedición de este verano por los Andes. Explícanos un poco este proyecto
R.- La verdad es que lo organicé con bastante rapidez porque tenía previsto este otoño haber marchado al Himalaya, pero no salió; y como me quedaba sola, me planteé los Andes para ir sola, con una cierta tranquilidad por el idioma. Siempre tenía en mente la Cordillera Blanca y me dije: “esta es la oportunidad”. De cuatro cumbres de seis mil metros que conseguí hacer, tres fueron en solitario y, con guía, el Tocllaraju, un pico muy técnico, con muchísimas grietas; mi segundo seis mil, porque había hecho otro en 2019 en el Himalaya. Fue muy bonito; duro, desafiante, pero de una belleza extraordinaria, que te deja con la boca abierta. En la cumbre te sientes grande y te sientes pequeña, porque realmente es la montaña la que manda. Si estás aquí es porque la montaña te ha dejado; eso lo tenemos que tener clarísimo. Luego hice otro seis mil en solitario, ya en la Cordillera Real, en Bolivia. Muy bonito y satisfactorio, con ganas de volver.
P.- Sin duda destaca que con 67 años todavía te plantees subir cumbres de seis mil metros
R.- Bueno, es que yo toda la vida he estado haciendo montaña. Creo que el secreto está en mantenerte activo, en no parar y seguir planteándote retos. Es cierto que el físico cada vez va a menos, pero si me cuesta un poquito más que a los demás, pues me costará más. Mientras vea que mis pies me llevan, voy a seguir haciendo montañismo hasta el final.
P.- Otra faceta que también valora este premio es tu labor como presidenta del Club Montisonense de Montaña. ¿Qué importancia ves que tienen los clubes?
R.- La labor de los clubes yo creo que es básica y fundamental, porque unen a los montañeros de la zona, dan información, y, sobre todo, formación para salir a la montaña con seguridad, lo mismo para senderistas que alpinistas. Es muy importante, sobre todo para la gente que empieza a hacer montaña, que cuenten con clubes donde también se puedan federar.
En nuestro caso, en el Club Montisonense tenemos un equipo de monitores que aporta muchísimo, organizando las salidas, y también una escuela de escalada, que forma a niños y adultos. Yo estoy ahí al frente, ya desde hace 12 años. Claro, si te metes aquí intentas hacerlo lo mejor posible. Es clave el compromiso, aunque afortunadamente tenemos un buen equipo de monitores, de vocales, de gente que también está haciendo gestión administrativa, que también lleva mucha burocracia el tema de un club de montaña.
P.- Y una última pregunta obligada. ¿Qué supone para ti haber recibido este premio de la FAM?
R.- La verdad, un orgullo tremendo, no me lo esperaba para nada y cuando me llamó Javier Franco, me sorprendió muchísimo. Como he dicho, yo solo quiero hacer montaña, que es lo que me hace feliz, donde me siento bien, donde me siento a gusto; pero estoy muy agradecida y muy feliz. Recibir este premio me llena de orgullo y de gratitud hacia las personas que han pensado en mí.